![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1Xw3U_-hpkBmuQmNPHRRn7q8fKrHUNOU9nrtId5DtfG8y0Gc2imUVbKuEZXKSzBKqIvJxsrjRARb1nsdzUrDAao_tZp6DUaCmOOHY_km_o4vDQKkH6qHteSIuWFwwUAhQ98PeYE5zanZn/s320/vivir+.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdqM48SXIeL2Sgr9qIrT7Hw5AkxOoGhQli1UlWmjHeNfy8cciYysFep8wixob0z0oMJ-aaoePcywl5GZ5iCUG4EEpD-coA_MiQ5s_Xe4qx9QZkcEK-WldYlg4T3nPzNvO60undld8PjB7_/s320/badguy.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyOCjKUnNQea4pQQNXAn6kfqW4zIxss6VnhMO3CDpfXVR9bw9v4cRmM28Y4gQOPjhfK2uQb7v8iFNwn3Ued6ubkgQiLdAdaGWj_9wPkti1HNXB4nP_AYSBDuYlDv2ETD4a0frA5baEkL15/s320/1237147131020_f.jpg)
NI EL CORAZÓN CORTADO POR UN VIDRIO
en un erial de espinas,
ni las aguas atroces vistas en los rincones
de ciertas casas, aguas como párpados y ojos,
podrían sujetar tu cintura en mis manos
cuando mi corazón levanta sus encinas
hacia tu inquebrantable hilo de nieve.
Nocturno azúcar, espíritu
de las coronas,
redimida
sangre humana, tus besos
me destierran,
y un golpe de agua con restos de mar
golpea los silencios que te esperan
rodeando las gastadas sillas, gastando puertas.
Noches con ejes claros,
partida, material, únicamente
voz, únicamente
desnuda cada día.
Sobre tus pechos de corriente inmóvil,
sobre tus piernas de dureza y agua,
sobre la permanencia y el orgullo
de tu pelo desnudo,
quiero estar, amor mío, ya tiradas las lágrimas
al ronco cesto donde se acumulan,
quiero estar, amor mío, solo con una sílaba
de plata destrozada, solo con una punta
de tu pecho de nieve.
Ya no es posible, a veces
ganar sino cayendo,
ya no es posible, entre dos seres
temblar, tocar la flor del río:
hebras de hombre vienen como agujas,
tramitaciones, trozos,
familias de coral repulsivo, tormentas
y pasos duros por alfombras
de invierno.
Entre labios y labios hay ciudades
de gran ceniza y húmeda cimera,
gotas de cuándo y cómo, indefinidas
circulaciones:
entre labios y labios como por una costa
de arena y vidrio, pasa el viento.
Por eso eres sin fin, recógeme como si fueras
toda solemnidad, toda nocturna
como una zona, hasta que te confundas
con las líneas del tiempo.
Ven a mi lado hasta que las digitales
hojas de los violines
hayan callado, hasta que los musgos
arraiguen en el trueno, hasta que del latido
de mano y mano bajen las raíces.
(Pablo Neruda,NI EL CORAZÓN CORTADO POR UN VIDRIO
en un erial de espinas,
ni las aguas atroces vistas en los rincones
de ciertas casas, aguas como párpados y ojos,
podrían sujetar tu cintura en mis manos
cuando mi corazón levanta sus encinas
hacia tu inquebrantable hilo de nieve.
Nocturno azúcar, espíritu
de las coronas,
redimida
sangre humana, tus besos
me destierran,
y un golpe de agua con restos de mar
golpea los silencios que te esperan
rodeando las gastadas sillas, gastando puertas.
Noches con ejes claros,
partida, material, únicamente
voz, únicamente
desnuda cada día.
Sobre tus pechos de corriente inmóvil,
sobre tus piernas de dureza y agua,
sobre la permanencia y el orgullo
de tu pelo desnudo,
quiero estar, amor mío, ya tiradas las lágrimas
al ronco cesto donde se acumulan,
quiero estar, amor mío, solo con una sílaba
de plata destrozada, solo con una punta
de tu pecho de nieve.
Ya no es posible, a veces
ganar sino cayendo,
ya no es posible, entre dos seres
temblar, tocar la flor del río:
hebras de hombre vienen como agujas,
tramitaciones, trozos,
familias de coral repulsivo, tormentas
y pasos duros por alfombras
de invierno.
Entre labios y labios hay ciudades
de gran ceniza y húmeda cimera,
gotas de cuándo y cómo, indefinidas
circulaciones:
entre labios y labios como por una costa
de arena y vidrio, pasa el viento.
Por eso eres sin fin, recógeme como si fueras
toda solemnidad, toda nocturna
como una zona, hasta que te confundas
con las líneas del tiempo.
Ven a mi lado hasta que las digitales
hojas de los violines
hayan callado, hasta que los musgos
arraiguen en el trueno, hasta que del latido
de mano y mano bajen las raíces.
(Pablo Neruda, Tercera Residencia 1935-1945)
Aquí tenemos la primera novela Beat. Jack Kerouac, acostumbrado a que editores desestimaran su obra y consciente de su talento literario, guardó durante años el manuscrito realizado a dos manos con su gran amigo William S.Burroughs. EL estilo es puramente Beat y relata el comienzo del mito de toda una generación que parece surgir del desastre conocido por el asesinato del joven Lucien Carr a Kammerer. Todo lo que rodea a este grupo de amigos podrían denominarse extremos puntiagudos y vivientes: el alcohol, las relaciones homosexuales en una época difícil para su práctica, las drogas, el vivir al día con el rostro del artista que pide de prestado...; todo en su conjunto supone un documento autobiográfico y excitante.
Para los avanzados o curiosos de la Beat Generation poco cabe explicar de la novela, simplemente es fácil reconocer a los miembros de la generación entre los personajes, un realismo que habla de ficción, una ficción sobre la ficción primitiva que es la vida. En el libro todo late y respira. Perfecto para leerlo del tirón y de resaca.
Había tomado. Le gustaba sentir que sus ojos no iban a parar a ningún punto fijo, que era observable sólo a la mitad, como si su cuerpo fuese una tremenda grieta reparada con cemento barato. Solía inventarse todo, hasta el más mínimo suspiro, hasta la sensación más necia del simple amargor de su copa. Era inalcanzable y por eso mismo todos podían estar con ella, aguantar sus largos discursos sin percatarse que lo que realmente decía algo de quién era suponía un silencio ininteligible. Así dejaba caer la boca al filo del cristal cuando la sed no era esa ni ninguna otra que se pudiese encontrar dentro de la medida del espacio. La realidad eran pequeñas dosis de ficción, de noches que podían abarcarla y llenarla de dramatismo. Su existencia era ilógica. Su corazón, una bombona de butano.
A media noche viene a visitarme un vecino, se trata de un perro que va arrastrando su lengua ante la soledad de un sábado casero. Las soledades no están tan solas como uno cree, simplemente son comienzos repetidos de otros comienzos. Hunde sus ásperas uñas en mis muslos, reclama lo que todos. Aquí, donde me vi nacer -o me vieron o no fui ni siquiera advertida- prometí la tregua al poema, presintiendo la labor de esculpir cada de uno de los pensamientos en pequeñas y paralíticas narraciones; cosas inútiles, sacarinas, mantas ante el sudor. La noche viene a visitarme porque me estoy dejando arrastrar por lo minucioso, intentando no construir otras ficciones sobre la ficción primitiva. Me encuentro jadeando en unísono con quien vive en la casa de al lado, en plena sapiencia carente de cualquier adjetivación de intelectualidad que descubre la falacia, las parcelas que nos hacen juntarnos, a él y a mí, a él y a ellos, a todos.
Se sienta a mi izquierda, resoplando a cada calada de un cigarrillo cuyo destino era arder, con las orejas estiradas hacía un lugar en el que no estuvimos nunca pero como si hubiese que ir en algún momento. Los perros no proyectan el futuro, su lenguaje siempre es un presente variable. Un ahora ladro y quiero decir algo que en otro fragmento temporal será un cosa diferente, pero el mismo ladrido. El tú y el yo debería de ser así, el ellos y aquellos, también. Pero no. Decidimos que no va a funcionar, que el paso del tiempo será todo fracaso, que allí no iré, que yo nací aquí, que, que, que, ¿Qué?. Los barrotes al proyectarlos se hacen tan largos y la mirada ya estaba educada antes de entrar. Mi vecino se tumba apoyando las barbas que le cuelgan del hocico en sus patas paradas. No hay juicio, aquí ahora no, porque su lengua entró aún sedienta, se alojó a sí mismo en el silencio que somos y ya éramos. Pero sé que al levantarme de esta silla, la sacará con fuerza para refregarla contra mis pies descalzos. Él -mejor que nadie- sabe que los pies son importantísimos para estirar las orejas en medio de un aparente silencio e ir hacía allí, aún así cuando no vas a ninguna parte. Y todo es comienzo. Y todo es ahora. Y ese ahora nunca fracasa, porque sí lo llegará a hacer ya sería un pasado. Ya sería otra noche y no ésta. El perro colea el suelo. Yo, le acaricio el lomo. ¿Para qué más?
Uno vuelve a casa por esa tradición del verano; transige con la mala fortuna de haberse hecho a base del silencio que impide esa acción de consentir. Dice una canción de Sabina : "donde uno fue feliz no debiera jamás de volver". Sabio él, que sabía quedarse con el ahora sin proyectar ningún tipo de futuro. La cruel expectativa siempre es sacarina.
Un poema de Alejandro Schmidt diría:
QUÉ ES LA SOLEDAD
un vaso de agua que se pudre
mientras las bocas viajan por el día.
Lo mismo. La vida es una pequeña muerta puesta de puntillas. Un aquí ahora no somos nadie. polimorficos seres buscando ser en medio de un tremendo absurdo. Ahora nos hemos tragado el tiempo y su sobremesa. No era entender una actitud bacante, un plazo fijo de pagar a la pregunta con algún precio de ansia. No era eso lo que vine a ver. Plagios de otros con nombres bíblicos y caras llanas. La palabra en todo su límite, blanda, crápula. insistiendo eo estoy aquí he venido a la voz rezagada, soy activa de lo más cruel porque no soy. Tú, con la mirada fija en la vocal sufriendo la llaga del imposible. Si escribo es por la imposibilidad de sentir. Inventio. Inventio una cardiología, un catéter de vida que parece un ventrículo. Así el existir insiste. Podrías caer desde una ventana y seguir respirando. Podrías. Podría el instinto escupir los clavos de la boca, y no hablar con la herida abierta: vagina.
Caminábamos a bocanadas, el verde tierno del aguacate, la lluvia anciana, las esquinas redondas, así como los bichitos escondidos tras el aire, caminábamos, sí, tan pesados, puede. Habíamos conversado sobre ese tipo de peso adicional que ponen algunos a la vida, entre la burla y la teoría de que dentro del Caos hay un sistema reorganizativo; y justo al final de la botella de ese licor alemán que tanto temes que beba. Después, llevarte a un museo cinco minutos antes de que cierre, para salir con esa sensación de inventarte los colores. Discutir que no era tal amarillo sino un pistacho algo estridente, que el café deja un aliento horrible, que no tenemos nada que comer en la nevera. Daba igual. No fuimos nunca ese tipo de seres preocupados por ser. Había algo de mentira en todo y eso era suficiente para dar zancadas, encaramarse por encima de la costumbre y de los edificios delgados de la ciudad. De repente la Pampa, más tarde Marrakech, con tus libros siempre abiertos en la mesita de noche, con la intención de llenarnos del vaciamiento propio de la NADA. Sonreías estando yo tan dormida, viajando con una mochila de grava, fumándome los rostros de unos habitantes virtuosos de ceniza. Igual era la música. Los tonos agudos carcomiéndome el pecho, apolillándome los ojos. Entenderás la necesidad de escribirlo absolutamente todo. Los terraplenes, las horas masticadas a fuerza de paseo, el tú y yo y no todos.
Ya te expliqué por qué nunca te llevé a ese restaurante; allí sólo se va cuando algo acaba. Te enfadabas. Te enfadabas tanto como un niño consentido. Al día siguiente, era levantarse y corretear por la casa, oler a tostadas rostizadas, el ruido del hervir del agua para té... Al día siguiente, era desaparecer...luego... volver a encontrarnos.
La Universidad Carlos III ataca a las humanidades. Ante ésta amenaza, los estudiantes han respondido con una huelga de exámenes. Prefieren carecer de título que obtener uno vacío.
Comunicado contra la reducción docente en el Grado de Humanidades.
Especialmente dirigido a nuestro “Excelentísimo Señor Rector Magnífico”, a todo su equipo y al profesorado del Grado en Humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid:
Como alumnos de la primera promoción del grado en la titulación mencionada, ya “expertos” universitarios con un par de años de experiencia a nuestras espaldas, decidimos, colectiva y unánimemente, renunciar a nuestro derecho a examinarnos hasta que se reabra el proceso de implantación del nuevo plan de reorganización docente, que entendemos enteramente fraudulento y degradante para nuestra titulación. Semejante resolución ha sido tomada a causa del profundo rechazo que nos produce el nuevo plan previsto para el tercer y cuarto curso de Grado, mediante el cual se nos reducen horas de clase en unos términos que consideramos inaceptables y que suponen una ofensa respecto a los valores que, a nuestro parecer, ha de encarnar la universidad.
No creemos, sino sabemos, que todo este proceso se ha tejido a nuestras espaldas, se ha fundado en mentiras y se nos ha manejado con tantas irregularidades como palabras vacías. Se ha difundido -haciendo gala de una feroz hipocresía- que se sometió a nuestra consulta, que incluso participamos en el debate: tamaña mentira es sólo comparable con la que pretende hacernos creer que gracias a la reducción de horas de clase mejorará nuestra educación. Apenas pudimos enterarnos, mas que por medio de pequeños resquicios a través de los cuales se filtraba información, de lo que se estaba gestando sobre nuestras cabezas. Aún así, allá donde algún representante de nuestra titulación pudo tener acceso, el rotundo NO a la propuesta estuvo desde un primer momento encima de la mesa, y desde un primer momento fue obviado por todos y cada uno de nuestros interlocutores y representantes institucionales.
Tratamos de manifestar nuestra opinión al respecto por medio de una recogida de firmas en nuestra titulación, secundada por una aplastante mayoría, que resultó, de nuevo, estéril dentro de los juegos burocráticos en los que nos sumerge la Institución, que muy irónicamente alardea de su carácter democrático. Intentamos que se celebrasen reuniones de departamento que nos incluyesen y que tratasen este tema de manera monográfica, con la legítima presencia estudiantil que nos corresponde y a la que no hemos tenido acceso. Solo encontramos evasivas. Por ello, afirmamos sin ápice de duda que todos los esfuerzos dirigidos a transmitir nuestra disconformidad han chocado contra un muro de desprecio y de autoritarismo que nos devuelve a oscuras épocas de la historia social de este país contra la que alguno de los ilustres miembros de esta institución alardean de haber luchado.
Ante esta situación decidimos, movidos por la indignación y la impotencia, negarnos a participar en esta farsa. De esta manera, los alumnos de la primera promoción del Grado en Humanidades asistiremos a todos los exámenes a los que se nos convoque, pero no haremos nada que nos permita obtener un aprobado, renunciaremos pues, de manera voluntaria, a la posibilidad de obtener cualquier calificación. Todo el que piense que aprobar es el objetivo último de lo que queremos alcanzar en la universidad, está tan equivocado como aquel que crea que el otorgarnos un título vacío de contenido nos hará sentir satisfechos y quedarnos en silencio. Todo el que considere que vamos a aceptar la reducción docente con docilidad, comete el mismo error que quien asume que puede degradar nuestra educación impunemente. Nos opondremos a este proceso de forma inflexible, e invitamos a todos y cada uno de los que se sientan identificados con nuestra causa a que nos presten su apoyo y demuestren su rechazo hacia estas medidas, las cuales no son sino agresiones contra todo aquello en lo que creemos y en lo cual hemos depositado nuestras esperanzas de futuro. Aquellos que nos matriculamos hace cerca de dos años en el Grado de Humanidades teníamos una serie de expectativas motivadas por lo que desde esta universidad se nos había vendido. Ahora, a mitad de camino, todos esos compromisos han sido borrados de un plumazo, con una unidireccionalidad y verticalidad impropias de los valores de democracia, igualdad y consenso que enarbola la Carlos III, es decir, todo propaganda. Humo y cenizas es todo lo que se nos ofrece y a lo que se nos condena.
Al observar el lema de esta universidad, “Homo homini sacra res”, apreciamos que ésta sigue verdaderamente unos principios que ahora entendemos macabros. Se pervierte este adagio latino: comprendemos que se nos está tratando como “res”, como cosa, mercancía, número o ganado. El “sacra” sólo permanece ya para generar engaño y confusión, para camuflar una maniobra de instrumentalización de esos mismos deseos que nos llevaron a matricularnos en una carrera y en una universidad pública que traiciona sus propios presupuestos y su función en esta sociedad.
Fdo.:
Primera promoción del Grado en Humanidades de la universidad Carlos III de Madrid.
Tú me dejaste la tristeza
mis huesos de ceniza
mis ojos sin imágenes
en un terral de silencio.
Aprendí a no hablar ninguna lengua
a sonreírle vagamente a mis amigos
como si alguien me esperara en algún sitio
como si fuera a compartir el mundo con una geisha ciega
o tal vez con un pájaro hambriento y carnicero.
Tú me dejaste la soledad
como una maleta perdida
llena de palabras
que yo escondo.