miércoles, 26 de enero de 2011

¿SERÍA POSIBLE tenerte así de nuevo? Desear tenerte así, tal como te sueño ahora, confundiéndose tu piel con el dorarse de las dunas en la playa: rostro de porcelana, tu cuerpo de serrín se deshace en aguas entre mis manos, empalada como te tiene en mi sueño el amor... Así te quise. También te amé en un empuje por partirte en dos, por destriparte entera -por acabar de saber hasta el final quién eres tú. Quisiera tanto desear todavía tenerte así otra vez: para que me dijeras mi nombre de verdad, para decirte que eso eres tú, ese grito- y el deseo de ese grito, se confunden y ya no son ni risa ni llanto sino que son tan sólo un grito que por un momento lleva mi nombre. Te quise así: con ese estremecimiento vegetal en tu cintura y retrocediendo hacia mí las yeguas de tu deseo abierto en que eso eres tú. Así te recuerdo. Y quisiera tanto desear todavía tenerte así otra vez, poder escribirte aún hoy así mi deseo -ahora que mi único espejo es el viento.
Dirás que todo lo que quise poseer entonces tal vez no fuera sino ese algo intangible que habita en tu pupila- pero desear la evanescencia de tu mirada. de tu sonrisa se resolvió en un vano empeño por besar tus dientes, tus ojos. Sabía que nadie puede ser propiedad de nadie - pero, sin embargo, lo que quise de ti fue poseer tu alma: hacerme con esa suerte de timidez esencial, con la dulzura asustada de ese pecado originario tuyo en el que continuamente te estás plegando sobre ti misma. Quise para mí ese lugar secreto - alcanzarte ahí. También con esa maldad te quise. Llegué a amarte incluso con la fatuidad de quien, acariciando la barbilla de un gato, se sueña encantador de serpientes. Quise decirte al oído: Mira, quiero enseñarte como desea el diablo - mira, el mundo ha desaparecido, y ese grito eres tú. Cuando te conocí, quise tener alma - y, sin saberlo, sin pararme a pensar, busqué hacerme con la tuya. También así te quise.

Sabes, estuve a punto de tener alma - te amé. Y no puedes imaginarte cuánto, en lugar de confesarte ahora lo que antes quise de ti, cuánto quisiera poder escribirte ahora así mi deseo de ahora, otra vez. Como en ese entonces que de pronto parece tan lejano. Quisiera tanto poder volver a escribírtelo ahora que ni yo mismo alcanzo a saber cuánto hubo de locura de escritor en ese querer amarte hasta alcanzar el arranque mismo de tu alma - hasta hacerla mía. Hasta qué punto quedé prendido de ti con las artes que hacen del amor un género literario, te juro que aún lo ignoro. Sólo sé que tu partida me hizo anotar en mi cuaderno de notas: Cuando ella me dejó, creí morir - y de un dolor tan obvio. Con si fuera algo que, de una vez por todas, ya hubiera pasado...


Con esa maldad también te quise.




(Fragmento: Deseo de ser piel roja, M.Morey)

jueves, 13 de enero de 2011

Repíteme algo que lleve el verbo amar

para que el lenguaje no me sepa a mentira

y amor no sea su dialecto

innombrable.