sábado, 27 de marzo de 2010

Nicole Brossard en "Crítica poética y contracrítica". Addison de Witt

He rescatado una entrada sobre la poeta canadiense Nicole Brossard (1943) y su libro Instalaciones (con o sin pronombres), de lo que puede considerarse el mejor blog de crítica poética. Copio aquí su contenido:


1) Dominio del lenguaje: Brossard posee un dominio de la lengua francesa apabullante, dominio que incluso se transmite en la traducción. En cada poema hace literalmente lo que quiere con la sintaxis y en ningún momento parece que, como está realmente ocurriendo, esté retorciendo el lenguaje. Su manejo sintáctico es un don natural. Y su lenguaje, breve, afilado, mínimo a veces, un regalo:

SILENCIO

promesas que no se cumplen
y la iniciativa de tratar de entender
hasta dónde el cuerpo puede pensar
con toda su prisa su presencia de ánimo
una asiduidad para repetir
sentidos el ultra, el infra, el umbral

2) Capacidad de reflexión poética: Muchos de los numerosos poemas que componen el libro son reflexiones sobre el amor, lésbico en su caso, la muerte, la eternidad, la poesía, la cultura, etc. A la vez que mantiene elevado el nivel poético, logra pensamientos originales y propios.

CONTRALUZ

eso que vive
de las palabras
el fuero interno
todo eso va
a borrarse ante
tu respiración
la muerte, no

3) Fusión de lo erótico: Es difícil encontrar poetas lesbianas que no utilicen el sexo de manera panfletaria. De nuevo, la facilidad, lo natural, es la característico del lenguaje de Nicole. Lo erótico llena mucha de las páginas del poemario ("tengo cuidado / cuando sueño con mi lengua") y establece un diálogo abierto en varios frentes reflexivos, en donde el amor es un referente más de los muchos posibles. He aquí un ejemplo del diálogo sexo-poesía:

ABRAZO

ahora bien trabajar un poema me excita
como la desnudez, usted también la imagen
yo el malva y la identidad
o bailar mucho tiempo muy cercanas
un gran decorado al fondo de la conciencia
hace vida silenciosamente

Sólo en pocas ocasiones el fervor amoroso da lugar a un exceso lírico.

El amor para la poeta son "los actos de transición que nos salvan la vida". La mujer es "un cuerpo impar". En lo imprevisible, cuando titula sexo a un poema, habla del máximo responsable de la iglesia católica, en una de sus pocas referencias políticas: "el papa es un asesino / bastante preciso"

4) Capacidad deconstructiva: Los poemas suelen tener una longitud de no más de diez versos y la puntuación utilizada se limita a las comas. Creando unidades semánticas en cada verso y encabalgando en los momentos precisos, la poeta construye y deconstruye a la vez la estrofas que forman los poemas, generando variadas lecturas y entramando el núcleo de la palabra. En numerosas ocasiones juega a la agramaticalidad y, sin embargo, ésta puede pasar desapercibida. En otros casos, el juego es cubista y se basa en la yuxtaposición. Ella misma la define en un poema: "escribiremos pues con algunas imágenes / menos, otras en medio de nosotras..."

5) La propia reflexión metapoética, que se extiende a lo largo de todo el libro, y su forma de imbricarla de las más variadas maneras, le da un carácter especial: "no firmo la prosa", escribe Nicole.

La poeta transmite la paz y tranquilidad de su escritura:

"al final de un poema me calmo
siempre del lado lento de la voz"

Su orientación hacia una poética esencialista queda reflejada en este manifiesto:

"hay tal vez demasiadas palabras
como en este momento
ir a pensar en un poema"

6) A lo largo de todo el libro, aparece un análisis de la subjetividad y la identidad subyacente. Su mirada, en este punto, es de nuevo original y creativa. Un poema habla específicamente de ésto:

RETRATO

hoy me acostumbro
a responder con un sí o una pregunta
afuera y dentro de mi cabeza
un lujo o si acaso
es claro y frágil, anécdota o envite
una inclinación, una segunda naturaleza
me acostumbro al frotamiento
de las paradojas y los perfumes el bello equívoco
no me aclimato al ruido del gis

En este otro poema el paisaje y la identidad se confunden:

PARAJE

cada vez que me instalo
en un pronombre además del puro yo
me sustraigo de la inquietud
al apuntar con el dedo
la forma movediza de las relaciones
pero la última aflicción viene de la imagen:
a lo lejos
un yo fatal delira en la belleza impersonal

Nicole es la concreción poética y el dominio del lenguaje. Sabe que tenemos el "don de agravar la belleza" y que ésta no necesita adornos superfluos. Por eso su poesía es tan intensa, desnuda y pura. Una poeta, que ha hecho guiños también a la novela-poema en una línea no tan alejada de Anne Carson, que merece una atención mucho mayor por parte de las editoriales de poesía de nuestro país.

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